domingo, 20 de noviembre de 2016

A PROPÓSITO DE LA LEY DE MECENAZGO, por Paco Cerrejón*.


Ni la bajada del IVA, ni la ley de propiedad intelectual ni, en realidad, casi nada de lo que lleva apareciendo en los titulares del escaso espacio que ocupa la Cultura en los medios de comunicación de tirada nacional. Son temas importantes, por supuesto, pero no son la clave. Y en estos tiempos de 140 caracteres y de frases contundentes y rotundas hay que explicar que no existe una única solución, no hay una varita mágica, no hay un tema cuya solución conlleve en cascada la solución del resto de problemas. Son muchos los problemas y son muchas las soluciones posibles. Y el primer paso consiste en realizar un buen análisis de nuestra realidad cotidiana en lo que en este caso a Cultura se refiere. Un análisis que vaya mucho más allá de titulares y de grandes golpes en el pecho dialécticos, un análisis a pie de calle, de cine, de teatro, de sala de exposiciones, de concierto, de galleria, de museo, de librería y de bibliotecas.

A raíz de la salida de José María Lasalle de la dirección general de Cultural del Noministerio de Cultura, en casi todos los periódicos de ámbito nacional se ha realizado balance de su gestión. Y todos se centran primero en la ley de mecenazgo no aprobada para luego pasar como un mantra ya caduco e inútil por el IVA y la ley de propiedad intelectual. Nadie habla del estatuto del artista, de la descentralización de la inversión Cultural, de la creación de público, de la desinversión en Bibliotecas, del abandono de las librerías, de los nuevos modelos de creación, etc… Nadie habla de la necesidad de plantear una política cultural estatal digna de tal nombre, que sería el primer y gran reto de un gobierno que se tomase en serio la Cultura o lo que sería lo mismo, que se tomase en serio al país. Si se me permite una breve divagación, me encantaría que se hablase menos de banderas, naciones y de quien paga a quien tal o cual cosa y se hablase más de Cultura, qué es lo que nos define como sociedad, qué es lo que realmente somos, una sociedad compuesta de ciudadanos, no de banderas ni de balanzas fiscales.

La Ley de mecenazgo, tuviera la forma que tuviese, es decir, sea mayor o menor el porcentaje a deducir de la inversión privada en Cultura, no podria solventar apenas nada salvo a los grandes nombres, como el Prado, el Reina Sofía y si acaso media docena de espacios más, no hay que olvidar que la mayor parte de la Cultura se desarrolla fuera de los grandes espacios. Y por varios motivos; el primero la falta de tradición, España no es Inglaterra ni Estados Unidos, entre otras cosas porque llevamos apenas 40 años de políticas culturales y porque éstas han seguido, con toda la razón del mundo, el modelo francés, donde la inversion estatal es mucho más importante para el fomento de la cultura que la aportación privada (venimos de dónde venimos y tras el erial cultural del franquismo esa era la única opción viable). El segundo sería por la tendencia de los capitales significativos a centralizar sus inversiones, es decir, poco iría fuera de Madrid y Barcelona, salvo la inversión de empresas y mecenas locales, con mucha menor capacidad de injertar dinero en la Cultura, que es lo que está ocurriendo desde la crisis en países con mayor tradición de políticas de mecenazgos como Inglaterra o la incluso Francia, con una reciente ley.

Es cierto que alguien, con toda la razón, podría decir que más del 80% de la inversión que el Noministerio de Cultura realiza está focalizada esencialmente en Madrid y en menor medida en Barcelona y que en el resto del país ni está ni se le espera, pero este sería otro tema…
¿Quien invertiría en creadores emergentes o experimentales? ¿quien en formas de arte fuera de los grandes circuitos de información? ¿quien en proyectos de riesgo en zonas periféricas? Y podríamos seguir un buen rato planteando preguntas de este tipo, de propuestas fuera del mainstring cultural e incluso dentro ¿quién aportaría fondos a las bibliotecas para la compra de libros?. Habría varios motivos más pero creo que los dos que he esbozado son bastante evidentes de la limitada capacidad de cambio a corto y medio plazo de una ley de mecenazgo en nuestro país. Y esto no significa que no haga falta una ley de este tipo, hace falta y mucho, pero no digamos que es la gran solución ni que va a solucionar los grandes y graves problemas de la financiación de la Cultura. Todo en su justa medida.

Termino con otra pregunta ¿A quién le interesa que se hablo tanto de una ley de mecenazgo que los profesionales sabemos perfectamente que solucionaría poco?

La responsabilidad de los artículos de opinión recae en sus autores/as. La Escuela de Estudios Sociales y Políticos “José Llavador Mira” del PSOE de San Jerónimo no comparte necesariamente las afirmaciones contenidas en los mismos, limitándose ésta a ofrecer una plataforma para el debate de ideas.

*Paco Cerrejón es gestor cultural y actual gerente del Instituto de Cultura y Artes de Sevilla (ICAS)

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